ARCHIVOS MILITARES
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Son varios los archivos que mantienen los diferentes estamentos militares, añado una relación al final de esta página, así como relación de expedientes personales de jefes militares cuyo primer apellido es “Calzada” y que se encuentran en el Archivo Militar de Segovia..
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Tan solo he revisado una pequeña parte del Archivo Militar de Segovia que contiene los expedientes personales “hojas de servicio”, pero el fondo de todos estos archivos es impresionante y muy útil para la labor de localizar la ruta de los “Calzadas”, sus idas y venidas, sus cuitas e historias en los siglos XIX y XX. Espero que alguien continué esta iniciada labor.
En lo consultado no he encontrado ilustres “Calzadas”, ni creo que los haya en el resto de documentación, ¡nos habríamos enterado!, pero si esforzados valientes cuyo recuerdo se esconde entre líneas de tinta en estado de desintegración, la cual al abrir los expediente rueda como excrementos de pequeños roedores.
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Sebastián de la Calzada ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
De entre ellos quiero destacar a un Sevillano que defendió el castillo y pueblo de Puerto Cabello y al que solo recuerda vagamente algún comentarista local al hablar de la guerra de independencia en Puerto Cabello, cuya ciudad y castillos tuvo su importancia en el proceso de independencia de Venezuela.
Puerto Cabello fue el bastión donde se libró la última batalla en Costa Firme. Fue el Brigadier Sebastián de la Calzada al que le cupo ese honor por designios de la historia. Las crónicas venezolanas hablan de él con respeto y admiración, sin embargo en su patria, España, fue juzgado en un Consejo de Guerra que el mismo solicitó se reuniese tras muchos años de espera, casi diez, de sufrimiento y marginación.
Nuestro Calzada se comportó como otros muchos españoles durante aquel tiempo, como verdaderos héroes, pero sin ningún reconocimiento y con un gran olvido por parte de la historia. Lo fueron en una época muy convulsa en su patria, España, que a partir de la Crisis Dinástica, le sigue la Guerra contra Napoleón (1808 al 1814), el sexenio absolutista (1814 al 1820) iniciado con el juramento del rey a la primera constitución, el Trienio Liberal (1820-1823), con la revolución exaltada. En el año 1820 la política del Gobierno Peninsular hace pensar que se da por perdido el imperio colonial por más esfuerzos que se hiciesen. Tras todo ello nos llegó la Década Ominosa (1823-1833), con la penetración de los Cien Mil hijos de San Luis y la restauración del viejo régimen, de nuevo al frente el nefasto y execrable Fernando VII , que para rematarlo, nos dejó una hija, Isabel, creándonos otro problema añadido que provocaron las Guerras Carlistas.
En este clima convulso transcurrió la carrera militar de Sebastián de Calzada.
El uno de Julio de 1798 figura como fecha de su alistamiento en Sevilla en el Batallón Infantería de Caracas. Tenía 16 años de edad.
La primera acción de guerra que figura en su hoja de servicio, lo cual no significa que no hubiera otras anteriormente, fue en Junio de 1810, cuando fue hecho preso por haberse opuesto a la revolución de Caracas, y fue embarcado en el Bergantín San José ‘a’ la Perla. Ayudado por otros se sublevó, y desviando el rumbo, entró en Puerto Rico poniéndose a disposición de su Capitán General.
Nombrado a primeros de ese mes Sargento 2º, contaba con 28 años de edad, llevaba once años y once meses a las órdenes de los representantes de su patria en el Batallón de Infantería Caracas.
En agosto de aquel año, fue destinado a la provincia de Coro (Venezuela), junto con su nuevo Batallón Infantería de la Reina. Continua una retahíla de acciones bélicas, sus relatos seria demasiado prolifero para esta pequeña semblanza y lo dejamos para otra ocasión, pero fueron épicas, valerosas e inteligentes acciones y también derrotas.
Al principio señalaba la defensa que como Brigadier hizo nuestro “Calzada” de la plaza de Puerto Cabello. Nombrado por el reducido ejército sobreviviente máximo responsable, tras la capitulación y retirada que el nefasto Capitán General Morales hizo al verse acorado por sus errores en la batalla de Maracaibo, firmó la capitulación del ejército el día 3 de agosto y partió el 15 para Cuba. Corría el año 1823.
En un oficio fechado en Puerto Cabello el 1 de septiembre de 1823 y que dirige al Secretario de Ultramar, nuestro Brigadier comenta su estancia en el castillo de San Carlos en la Barra de Maracaibo en comisión de servicio y otros sucesos posteriores.
En el Consejo de Guerra, se dice por parte de la defensa que el 17 de junio se encontraba en el castillo y barra de San Carlos que defiende la entrada al lago de Maracaibo. Según un oficio datado en esa fecha, hay que tener en cuenta que el día 16 cambió de manos la plaza de Maracaibo por su escasa defensa, día que a primera hora de la mañana partió por orden del general Morales a reunirse con el.
Un mes después, el día 19 de Julio, se encontraba en el citado Castillo de San Carlos cumpliendo ordenes de su general, donde recibió a las fuerzas navales conducidas por el contralmirante Angel Laborde y Navarro, quien se preparaba para participar en lo que seria la batalla naval de Maracaibo, quien le manifestó el error que cometía el General Morales empeñado en su estrategia a pesar de las advertencias que se le hacían.
Después del desastre de la batalla naval de Maracaibo iniciada el amanecer del 24 de julio de 1823 y concluyendo ese mismo día cuando llegó la oscuridad. A su amparo, varios buques se refugiaron, entre ellos la “Especuladora” dirigida por el comandante Laborde, en el castillo de San Carlos. De allí partirían para Curasao donde llegaron el 9 de agosto.
Queda por saber que hizo el Brigadier Calzada tras la derrota. Hay que entender lo que dice en su oficio dirigido al secretario de Ultramar el primero de Septiembre ya mencionado anteriormente, en el que se recoge las ordenes acordadas en “junta de guerra” que se había celebrado en Maracaibo. Suponemos que Sebastián cumpliría esas órdenes y se dirigirá a la Vela de Coro, punto de reunión, donde comprobó que sus compañeros y jefe no llegaban y pensó que no les había sido posible cruzar la laguna y supuso se fuesen en sentido contrario a Santa Marta donde poder encontrar asilo. Pero lo que paso fue la capitulación del 3 de Agosto.
::::::::::::::::/ “Yo me hallaba en el Castillo de San Carlos evacuando una comisión, y recibí ordenes para pasar á esta plaza (Puerto Cabello) a donde debía llegar el Ejercito pues que en Junta de Guerra que se había celebrado en Maracaibo quedo resuelto atravesar la laguna en algunos buques menores y marchar a la Vela de Coro en donde debía recibirlo la fragata Constitución, y Corbeta Ceres con algunas otras embarcaciones preparadas al efecto, mas como para que aquel paso de la Laguna pudiese suceder, era necesario aprovechar cualquier descuido en los Enemigos, y burlar la vigilancia, no fue posible verificarlo, quedando por consiguiente el General en Jefe con el Ejercito en la situación mas deplorable y desde el 26 privados nosotros de toda comunicación con aquel Jefe, y sin mas noticias que la Capitulación que han publicado los enemigos con fecha de 3 del anterior, cuya gaceta incluya á V.E. sin embargo que por los mismos sabemos que el Ejercito existía el 3 del mismo aun en Maracaibo, y convencido yo del aislamiento en que se halla, estoy seguro que no le queda otro partido que tomar que internarse en La Guagira y refugiarse en Santa Marta, en donde poder encontrar algún asilo por la decisión de sus habitantes a favor de la justa causa.
La situación de esta plaza (Puerto Cabello) es la mas dolorosa, no tiene ni aun la cuarta parte de la guarnición que la corresponde para atender á la defensa de sus líneas exterior, interior y Castillo, y sus beneméritos defensores ya no son mas que esqueletos como lo requiere la ración escasísima que reciben por espacio de 28 meses y la fatiga desmedida que sufren para cubrir los puntos indicados, mucho mas que en todo este tiempo siempre se han visto con los enemigos al frente y que aun cuando se han retirado por dos veces ha sido momentáneamente, sufren toda clase de privaciones, y yo me veo entre ellos con el sentimiento ¿yncomparable? en no poderles socorrer con nada la falta absoluta de recursos, pues que este Vecindario por lo mucho que ha padecido ya no está en el caso de contribuir en nada, y aun a pesar de todo yo habré de pasar por el sentimiento de abandonar esta población para reducirme al Castillo único que puedo guarnecer y defender asegurando á V.E. que esto será después de que las circunstancias lo exijan imperiosamente.
Estoy reducido á mes y medio de víveres y oficio con esta fecha al Capitán General de la Habana para que me socorra con este renglón; que si lo consigo, aseguro a V.E. fiando en la decisión de sus defensores la seguridad de esta fortaleza.
La escaseces referidas y otras razones de que considero instruido a V.E. obliga al Contra Almirante D. Angel Laborde á marcharse en la escuadra de su mando para la Habana, y a este Jefe testigo ocular de nuestra situación encargo muy particularmente el cuidado de la remisión de cuanto para nosotros se facilita.” /::::::::::::::
Con quien si se encontraría fue con el contralmirante Laborde, al tiempo que se informaría de la resistencia de la plaza de Puerto Cabello y la presión que sobre ella estaba haciendo el general Páez, con órdenes de movilizarse para rendir la plaza.
“:::::::/ Curasao en diligencias para proveer de un mes de víveres para los buques bajo su mando y lograr adquirir seis meses de víveres para la plaza de Puerto Cabello /::::”.
No conozco si Sebastián Calzada acompañó a Angel Laborde a Curasao, donde llegó este el 9 de agosto para buscar provisiones de boca y guerra para los buques y para la plaza de Puerto Cabello. Por las copias de las cartas que adjunta el brigadier al secretario de Ultramar, pudiera parecer que si le acompañó en busca de víveres para Puerto Cabello y donde se encontrarían todavía en 17 de agosto. Es posible que de Curasao y sin víveres se presentasen sobre el +/- día 20, salvado la floja línea de sitio que había montado el general Paez. Una vez en esta, partiría el contralmirante para Cuba y se quedaría el brigadier, quien junto con Manuel de Carrera Colina, Gobernador y Comandante Militar de la plaza estudiarían la situación, acordando dejar el mando absoluto en manos del brigadier, “al corresponderle por su graduación, por ser 2º Jefe del ejército y por que el mismo Carrera Colina se lo solicitó.
La situación parcamente se describe en el citado oficio antes comentado y del que he traslado parte.
Tras 48 meses de sitio, y mas trágico y ferozmente desde el mes de agosto, a la plaza y ciudad de Puerto Cabello, de no recibir auxilio alguno, sin comunicación con el exterior y lejos la patria, de encontrarse mermadas sus defensas y número de defensores, de defenderse con valor y brío rechazando innumerables ataques de los sitiadores, de ser bombardeados las defensas y barrios enteros de la ciudad, de ver desviado el cauce del rió único suministro de agua, de sufrir penalidades y de padecer traiciones; la plaza aguantaba con el Brigadier Sebastián Calzada al frente.
Los sitiadores prepararon un plan de operaciones apoyados en la traicionera información de Julián Iztueta, esclavo de Juan Jacinto Iztueta jefe del “secreto partido” quien les aconsejó atacar por el único punto posible y que solo conocían muy pocos de sus propios conciudadanos.
“El reconocimiento se hizo y se descubrió que la Laguna prestaba paso para las tropas aunque con indecible dificultad por ser toda ella un terrible lodazal y atascadero”
dice Paez en sus memorias. El plan consistía en efectuar el ataque por la noche, pero antes se debía fatigar la resistencia de los sitiados, con bombardeos continuos y simulacros de ataque por varios puntos de sus defensas, añadiendo maniobras de diversión, una a cargo de la flotilla de flecheras que debían amagar un desembarco nocturno, apoyado con un fuerte cañoneo desde el mar, y la principal maniobra que consistía en atacar por el frente amenazando las líneas exteriores, además de otras acciones tendentes ha hacer creer que continuarían hasta rendir la plaza por hambre. Estas operaciones de disimulo y fatiga comenzaron a las cinco de la madrugada del día 7 de noviembre, duraron 18 horas, hasta las once de la noche. Se gastó por parte de los sitiadores mas pólvora y balas que en los 48 meses de sitio.
El Brigadier Calzada, entendiendo que el ataque principal se iniciaría esa noche, reunió a su Estado Mayor en el baluarte del Príncipe, en las deliberaciones desecharon lo mas prudente que seria hacerse fuertes en el castillo y dejar a su suerte a la población civil y optaron por esperar el ataque frontal por su línea exterior. Calzada en un escrito fechado en Cuba contó a Laborde los medios humanos que disponía:
“::::::/ para atender todos los puntos solo tenia yo sesenta hombres de la milicia Nacional y otros tantos Borburateños que agregados a la artillería servían las piezas y el resto hasta los trescientos hombres con que he dicho contaba estaban en la línea exterior /:::::”
El General Paez, siguiendo su plan y no dejando de presionar con su ejército sobre las defensas, a la 10 de la noche envió por el manglar la principal columna de ataque, compuesta por 400 infantes y 100 lanceros de a pie seleccionados de su guardia. Los quinientos hombres desnudos atravesaron el manglar en una noche muy oscura, eran las dos y media de la mañana del día 8 de noviembre, y sorprendieron a los defensores, reconociéndoles en el cuerpo a cuerpo por estar vestidos, para luego hundir el cuchillo o la bayoneta. Atacaron con celeridad los baluartes de la Princesa y del Príncipe, puntos neurálgicos en la defensa de la plaza.
Al mismo tiempo conociendo los sitiadores que sus compañeros habían atravesado el manglar y estaba atacando, llamaron la atención de la línea exterior donde se concentraban las fuerzas de los sitiados, para impedir que fuesen en su auxilio, con el mismo fin, algunos botes pequeños y seis flecheras atacaron llamando la atención sobre el flanco derecho dirigiendo su fuego contra el baluarte del Príncipe y la Estacada, produciéndose tres frentes simultáneos.
La resistencia de los defensores, a pesar del gran desequilibrio de fuerzas y armamento, fue obstinada y briosa en los tres frentes.
El Brigadier Sebastián de la Calzada, como hemos comentado le sorprendió este ataque en el Estado Mayor narraba en su citada carta los acontecimientos finales de esta manera:
“::::::/ los del Mangle lograron salir entre las baterías de la Constitución y Princesa, corriéndose enseguida en todas las direcciones quedando dueños de la plaza, perdimos la mayor parte de la guarnición pues todos se portaron bien, mas sin embargo muchos se salvaron con Carreras (el Coronel Manuel Carreras) pasando al castillo, gracias a una cadena de madera que yo había puesto a la boca del puerto, yo quedé prisionero en el asalto con parte del E.M. y algunos otos oficiales que llenos de pundonor se sostuvieron hasta el último momento. Todo se concluyó a las cuatro de la mañana /::::::”
Junto al Brigadier fueron hechos prisioneros: un teniente coronel, 7 capitanes, otros tantos tenientes, 12 subtenientes, 2 cirujanos, 5 practicantes y 213 hombres de tropa y varias importantes personas civiles de la ciudad. Se contaron 156 muertos y 59 heridos, 6 oficiales y 53 de tropa.
En el amanecer del día 16 de noviembre de 1823 se rendía honores por última vez en la Costa Firme al pabellón español que hasta entonces había ondeado en el castillo de San Felipe en Puerto Cabello.
Según las Capitulaciones, el atardecer del día anterior (15), se embarcaron los españoles supervivientes con rumbo a Cuba, donde llegaron el día 22.
Con ellos el Brigadier Don Sebastián de la Calzada, a quien le quedaba un largo calvario por pasar, porque el General Morales, adicto a la causa del ínclito Fernando VII, para esconder sus vergüenzas y sus incapacidades y por medio de dos de sus subordinados hechos por él, gestaron la gran calumnia sobre nuestro Calzada. Pero solo hay una verdad.
Don Vicente Garín, Coronel de Infantería y abogado defensor nombrado por Don Sebastián de la Calzada en el Consejo de Guerra celebrado en Sevilla los días 5,6,7,8 y 9 de Marzo de 1833, diez años después de los acontecimientos por los que se le juzgó, “cargos contra su conducta”, dice en su alegato:
“:::::/ No es la primera vez que por desgracia de la Sociedad se ve comparecer ante los tribunales para ser juzgado como criminal a un hombre digno de mejor ventura. Tampoco es raro que se desfiguren, que se desacrediten, y aun se calumnien los servicios eminentes de un militar cuando ellos mismos son la causa de las rivalidades, de los celos, y de la envidia de los que aspiran a un renombre que no merecen ::::::/:::::::::. Y la hoja de los más brillantes y multiplicados servicios folio 222 del 2º, ramo, en la que se ve una serie de gloriosos triunfos conseguidos por el señor Brigadier Calzada, a quien en la posterioridad agradecida colocará en el lugar de los héroes, cuyo valor y conocimientos sostuvieron hasta el último extremo, de una manera que asombra la imaginación, los derechos del Soberano en aquella parte de sus dominios. /:::::::::”
La sentencia dada el 9 de marzo de 1833 por el Consejo de Guerra fue nítida:
“:::::/ , el Consejo debió declarar y declara unánimemente al Brigadier D. Sebastián de la Calzada absuelto é indemne de todos los cargos expresados anteriormente, y que no le perjudiquen en ningún sentido a su buen nombre y reputación bien adquirida el procedimiento seguido en esta causa; como también que es acreedor a que S. M. [su majestad] se digne revalidarle el empleo de Brigadier que por ella está pendiente, y mandar reintegrarle de los sueldos que haya devengado durante la injusta persecución que aparece en los autos, en que está plenamente justificada la falsedad de todas las imputaciones hechas a su honor y carácter; y se patentiza que la defensa de la plaza de Puerto Cabello, cuyo mando tomó legítimamente, no solo lo hizo hasta donde pudo conforme a ordenanzas, y en consideración a las cortas fuerzas y limitados recursos con que contaba, sino es que la llevó hasta el último extremo de obstinación y heroísmo, tanto por su parte, cuanto por la de sus súbditos y honrado vecindario, que sirvieron al Soberano con las más pura lealtad y decidido patriotismo; declarando también al enunciado Brigadier merecedor, así por ella como por sus anteriores y distinguidos servicios, de la noble prerrogativa del aprecio del rey N. S. y de todos los españoles; y que se recomiende a S.M. para las demás gracias que su augusta munificencia tenga a bien dispensarle en remuneración de sus sobresalientes virtudes militares, servicios importantes, honoríficas heridas y méritos contraídos en el curso de sus dilatada carrera; suplicándole las haga extensivas a todos los militares y demás individuos que contribuyeron a tan gloriosa defensa; y publicándose este fallo con arreglo a ordenanzas y órdenes posteriores, para la más cumplida satisfacción del interesado ; a quien se le reserva el derecho de reclamar lo que tenga conveniente contra los sujetos que calumniosamente intentaron mancillar su honor Sevilla, nueve de Marzo de mil ochocientos treinta y tres.::::/"
Fue necesario que muriese un rey para que la sociedad rehabilitara su honor. No obstante este fallo, nuestro Calzada continuó sufriendo, bien por las escaseces de la época que le tocó vivir, como por la incomprensión o interesada ceguera de sus jefes para ver su verdadera y real valía, añadido al transplante del entorno que sufrió.
Las últimas noticias que tengo, son de fecha 05.02.1838, reclamaciones que sobre sus emolumentos realiza como Comandante General de Córdoba, así como varios oficios, el último fechado el 18-1-1840 que continúan situándole como Comandante General Militar de la Provincia de Córdoba y que corresponde a una reclamación de los intereses de un empréstito de sesenta onzas de oro, de cuando residía en Ultramar, y que le debió de facilitar el difunto obispo de Lugo. Contaría entonces con 58 años de edad y 42 de servicio en el ejército.
¿Continuó persiguiendo partidas de bandoleros por las serranías de Córdoba y Castilla la Nueva? ¿Durante cuantos años más? ¿Se casó y tuvo descendencia? ¿Volvió a su Sevilla natal?
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Cristino Calzada Zamora --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
En estos archivos de Consejos de Guerra, solo he localizado el expediente de un Calzada. Para el anterior, Sebastián de la Calzada, “no hay o no me localizan su expediente”, los datos están sacados del suyo personal.
Corresponde esta única documentación a Cristino Calzada Zamora, natural de Cívico de la Torre de Palencia. Su historia militar es relativamente corta:
Fue sorteado y registrado en su pueblo natal para servir a S. M. [Su Majestad] por el tiempo de seis años el día cuatro de abril de 1827, tenia entonces 18 años de edad, soltero y estudiante, su estatura era de cinco pies, negro era el color del pelo y de los ojos, de piel blanca y su estatura era de cinco pies.
El 1-03-1828, ascendió a Cabo 2º, al mes siguiente a Cabo 1º y el 16-02-1829 a Sargento 2º. A la sazón estaba destacado en Algeciras con la 3ª Compañía del 2º Batallón del Regimiento de Infantería de San Fernando décimo de línea.
Fue acusado de haber asistido junto con otras personas al bosquecillo inmediato al sitio llamado del Rinconcillo en la noche del veinte y cuatro de octubre de 1830, y de tener inteligencia en un desembarco que proyectaban los rebeldes refugiados en la bahía de Gibraltar y que se debía producir aquella noche. El General exiliado José María de Torrijos era la persona esperada, él seria el rebelde que estaría al mando de la operación. Pero esta fue abortada y el desembarco no se realizó. El intento de levantamiento fracasó. Este General que había luchado contra los Cien Mil hijos de San Luis, fue fusilado el 11 de diciembre de 1831, un año después de estos sucesos.
Se celebró Consejo de Guerra, uno de los acusados, “el Sargento 2º Francisco Boch fue sentenciado a la pena de ser pasado por las armas por la espalda, y a los de igual clase Martí, Lacumba y Calzada a la de diez años de Presidio en los de Asia o América, destinándoles con separación [destinados separadamente a cada uno]. A un Cabo y soldados también juzgados lo fueron con deposición de la Escuadra, al primero a dos años de recarga.”
La sentencia se cumplió:
“En la Ciudad de Cádiz a los diez y seis días del dicho mes y año [abril de 1831] ; Yo el infrascrito Escribano doy fe:
Que en virtud de la Sentencia de ser pasado por las armas dada por el Consejo de Oficiales a Francisco Boch, Sargento 2º de la 2ª Compañía del 2º Batallón del regimiento de Infantería de San Fernando, y aprobada por el Exmo. Señor Capitán General de esta Provincia se le condujo en buena custodia dicho día al Glacis de Puerta de Tierra, en donde se hallaba el Señor D. Bruno Alais 1er. Ayudante de Juez Fiscal que ha sido en esta Causa, donde estaban formadas las tropas para ejecución de la Sentencia; Y habiéndose publicado el bando por el Sargento Mayor de esta Plaza, según previene S.M. en sus Reales ordenanzas; puesto el reo de rodillas delante de las Banderas, y leyéndose por mi la sentencia en alta voz, se pasó por las armas por la Espalda a dicho Sargento 2º Francisco Boch, en cumplimiento de ella a las once de la mañana del referido día delante de cuyo cadáver desfilaron inmediatamente en columna las tropas que se hallaban presentes y llevaron luego a enterrar los Hermanos de la Cofradía de la Caridad, quienes le acompañaron al Campo Santo donde queda enterrado. Y para que conste por Diligencia lo firmó dicho Señor con el presente Escribano ::::::::::::::::/ /::::::::::::::: a continuación paso el señor Fiscal a casa del señor Gobernador de dicha plaza a entregar la presente Causa para lo mas conveniente, a la cual acompañan sueltas cuatro Condenas a copias de la Sentencia, con objeto de que una sirva para dirigir a cada uno e los Puntos a donde sean destinados los tres Sargentos, Laumba, Martín y Calzada :::::::::/
No conozco que sucedió después y si fueron destinados a las distintas prisiones y a que lugar le asignaron a Cristino Calzada. Supongo que antes de la muerte del Rey Fernando VII el 29 de septiembre de 1833, y en el periodo de inestabilidad política, a partir de septiembre de 1832, provocada por el agravamiento de la salud del rey, declarando la corte estar en “grave peligro de muerte”, se sucedieron diferentes acontecimientos políticos y cambios de rumbo de esta, y que la reina Maria Cristina para reforzar los derechos de sucesión de su hija al trono y conseguir el apoyo de los liberales, concedió
“la amnistía general más general y completa de cuantas hasta el presente han dispensado los reyes a todos los que han sido hasta aquí perseguidos como reos de Estado, cualquiera que sea el nombre con que se hubieran distinguido y señalado”.
¿Fue beneficiado por esta amnistía?, quiero creer que sí y que quizás no llegó a realizar el viaje a la prisión a la que fuese destinado. Por si esto no fuese así, espero que el fin de la Década Ominosa y la llegada de la Regencia de María Cristina, lo que significó la entrada de los liberales moderados en los sucesivos gobiernos, junto al inicio de las guerras carlistas, supondría una moderación o excarcelación de la pena impuesta a nuestro Calzada.
Tampoco conozco, ni por los comentarios de la defensa se puede dilucidar las intenciones que le movieron a este Calzada a involucrarse en tal acción. Su abogado adució que no estuvo en el lugar y que fue una confusión del testigo al identificarle con otra persona. Mi impresión es de qué se trataba de un liberal convencido, a lo que me inclina su calidad, en aquella época, de estudiante.
Pero conocemos el clima que existía y que había impuesto el siempre ínclito Rey Fernando VII. En abril del 1830, producto de tres matrimonios sin descendencia y su último y urgente con Maria Cristina, publicó la Pragmática Sanción en fuerza de ley. La reina se encontraba en estado de buena esperanza. [Esta pragmática ponía en el mismo rango a la descendencia masculina y femenina para suceder en el trono].
En Julio de ese mismo año fue derrocado el rey Borbón francés Carlos X y se introdujo la monarquía constitucional con la persona de Luis Felipe de Orleáns con talante liberal, todo lo contrario del rey español.
Muchos de los liberales españoles, tanto en el exilio como dentro del país pensaron que era hora de restaurar la Constitución de 1812, mediante un conjunto de invasiones armadas por distintos puntos de la geografía española. En París se formó una junta de personalidades que mas tarde se trasladó a Perpiñán. Pronto se inicio la discordia entre las diferentes personalidades, Mina y Torriojos, reflejo de las divergencias de masones y comuneros.
Estas invasiones comienzan en Navarra el 13 de octubre de 1830 por Urdax y Valcarlos, una semana después el teatro de operaciones pasó a Cataluña, penetrando por la Junquera. El poco éxito de estos intentos, y sobre todo la falta de apoyo popular, “el país estaba fatigado de guerras y calamidades” hizo fracasar la invasión.
Con lo que respecta al desembarco en Gibraltar, las medidas tomadas por el gobernador ingles en la plaza hicieron que la expedición se pospusiera sine die. En la documentación del juicio hay referencia a las comunicaciones que se cruzaron entre el citado gobernador y el Consulado de España en dicha plaza, y los jefes militares “Comandante General del Campo”.
Pero a lo largo del año 1831, año en que se celebró el Consejo de Guerra (Cádiz, 25 de marzo de 1831), se llevaron a cavo varias acciones liberales con origen en Gibraltar, como fue el asesinato el 3 de marzo del gobernador de Cádiz, Antonio María del Hierro, la sublevación de la Brigada Real de Marina en San Fernando y el desorden público que un grupo de paisanos genero en la plaza de Cádiz al demandar a la población para que secundasen la revolución, más otros dos intentonas del General Torrijos.
Lógicamente este clima no era el mejor para los acusados, añadido a las directrices y órdenes que el rey había dado a los diferentes estamentos, entre otros al militares y judicial, para que fuesen especialmente duros en sus actuaciones y sentencias. Indudablemente el juicio se vio afectado y la sentencia agravada.
Para finalizar esta semblanza, señalar que en la Real Chancillería de Valladolid hay un expediente de un hermano suyo, que se formó entre los años 1828 y 1829 y cuya signatura es:
SALA DE LO CRIMINAL,CAJA 2233,6
Y corresponde al Pleito del fiscal del rey contra Pedro Barrasa López y José Calzada Zamora, vecinos de Cevico de la Torre (Palencia), sobre el robo de vino de la bodega de Nicolás Chacón, su convecino.
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ARCHIVO GENERAL MILITAR DE SEGOVIA
INDICE DE EXPEDIENTES PERSONALES
*Calzada , Bernardo cab. 1775 exp. matrimonial * , Bernardo de María cab. 1762 noble * , Félix inf. 1849 * , Francisco inf. 1845 * , José de la cab. 1808 + * , José Antonio cab 1791 exp. matrimonial * , José María E.M 1767 noble * , José Pedro milicias 1825 buena * , Juan ing. 1808 honrada * , Juan Antonio. Inf. 1814 + * , Juan Antonio cab. 1818 noble * , Juan Jacinto inf. 1795 * , Julián inf. 1875 * , Manuel art. 1853 + * , Pedro inf. 1876 + * , Ramón inf. 1809 noble * , Ricardo inf. 1877 + * , Sebastián de la Brigadie 1798 noble * Arruech, Rafael I 1870 + * Barrios, Bernardo cab. 1807 esp. matrimonial * y Bayo, Tomás de la inf. 1896 * Bayón, Antonio art. 1904 + * Bocio, José int. 1896 * Bourman, Carlos cab. 1893 * Cagide, Jerónimo carab. 1888 * de la Calle, Santiago inf. 1874 * Caller, Miguel volunt. 1880 + * Canteras, Tiburcio eclesiástico 1898 + * Carbo, Eliseo volunt. 1880 * Castañeda, Natividad inf. 1926 + * Cilleruelo, Lorenzo inf. 1835 * Díaz, Pedro inf. 1855 * Díaz, Pedro inf. 1872 + * Fonseca, José de carab. 1810 noble * Font, Narciso volunt. 1879 * Gil, Cesáreo Inválidos 1898 + * Giménez, Mariano inf. 1876 + * Giménez, Ricardo inf. 1859 * González, Fernando inf. 1869 * González, Francisco inf. 1843 * González, Pedro de la inf. 1868 * Lázaro, Gregorio sanid. 1909 * Lejarcegui, Lorenzo inf. 1881 * Martín, Sinforiano inf. 1872 * Martínez, José Manuel volunt. 1874 * Martínez, Ricardo inf. 1869 + * Martínez, Victoriano cab. 1875 + * del Monte, Ramón cab. 1879 + * Muñoz, Francisco cadete 1876 * y Navares, Pedro inf. 1855 + * Otero, Juan carab. 1831 * Pita, Félix inf. 1833 * Puig, Manuel cab. 1854 * Rexach, Alejandro inf. 1886 * Rivot, Lorenzo cab. 1868 * Rodríguez, Jacinto inf. 1794 honrada * Rodríguez, Juan inf. 1794 * Rubio, Domingo inf. 1835 * Ruiz, Gerardo inf. 1888 * Sánchez, Norberto carab. 1860 * Sánchez, Ricardo inf. 1867 + * Santa Cruz, Manuel inf. 1886 + * Simón, Alejandro volunt. 1862 * Simón, Julián inf. 1862 * Socias, Francisco cadete. 1871 * y Somorriba, Luciano vol. 1866 * Vargas-Zuñiga, Rodrigo cab 1910 * Vegas-Zuñiga, Juan de la art. 1912 * Veltrán, Manuel inf. 1834 * Vena, Manuel cab. 1873 + * Vicuña, Rafael inf. 1867 + * Vidal, José cab. 1866
Calzadas Gil, Isidro art. 1843 (La “s” final es un error. Solicité este expediente y me dijeron no encontrarlo) {}{}{}{}{}{}{}{}{}{}{}{}{}{} ARCHIVOS MILITARES Portal del Ministerio de Defensa, Sistema Archivístico de la Defensa http://www.portalcultura.mde.es/cultural/archivos/
Ejército de Tierra: Archivos Históricos:
Archivo General Militar de Madrid
CLASIFICACIÓN DE FONDOS DEL ARCHIVO GENERAL MILITAR DE MADRID
http://www.portalcultura.mde.es/cultural/archivos/madrid/archivo_3.html
Archivo General Militar de Segovia
Conserva las hojas de servicios de las Armas de Artillería, Ingenieros Caballería e Infantería. Es posible solicitar información en relación con el personal que causó baja en el ejército hace más de 20 años.
- Plaza Reina Victoria Eugenia - 40006 SEGOVIA - Tfno 921/460757 Fax 921/460758
http://www.portalcultura.mde.es/cultural/archivos/castillaLeon/archivo_150.html
Archivo General Militar de Guadalajara
Conserva los expedientes de tropa, informaciones sobre reclutas, prisiones militares y campos de concentración.
http://www.portalcultura.mde.es/cultural/archivos/castillaLaMancha/archivo_43.html
Archivo General de Avila
Creado en 1994, el núcleo inicial de sus Fondos lo constituye las documentaciones transferidas por el Central del S.H.M. (Archivo de la Guerra y Archivo de la Milicia Nacional). Las Secciones que lo conforma son:
http://www.portalcultura.mde.es/cultural/archivos/castillaLeon/archivo_42.html
Archivo Cartográfico, Estudios Geográficos y Centro Geográfico E.T.
E. T. Archivos Intermedios:
Archivo General del Cuartel General del Ejército Archivo Intermedio Militar de Baleares Archivo Intermedio Militar Centro Archivo Intermedio Militar de Canarias Archivo Intermedio Militar de Ceuta Archivo Intermedio Militar de Melilla Archivo Intermedio Militar Noroeste Archivo Intermedio Militar Pirenaico Archivo Intermedio Militar Sur
Armada Archivos Históricos:
Archivo del Museo Naval
Conserva los expedientes de ingreso de los Caballeros Guardiamarinas. Dichos expedientes incluyen diversos requerimientos imprescindibles para la admisión, fundamentalmente la justificación de nobleza, así como todo tipo de acreditaciones y certificaciones civiles y religiosas.
http://www.portalcultura.mde.es/cultural/archivos/madrid/archivo_153.html
Archivo General de Marina Alvaro de Bazán Archivo Real Instituto y Observatorio Armada Archivo del Instituto Hidrográfico de Marina
Armada Archivos Intermedios:
Archivo Central del Cuartel General de la Armada Archivo Naval de Canarias Archivo Naval de Cartagena Archivo Naval de san Fernando
Ejercito del Aire Archivos Históricos:
Archivo Histórico del Ejército del Aire
Ejercito del Aire Archivos Intermedios:
Archivo Intermedio del Cuartel General del Ejercito del Aire
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